viernes, 27 de abril de 2018

Tres libros sobre Benito Quinquela Martín se presentaron en el Museo de Bellas Artes de la Boca

el director del museo Víctor Fernández y Pablo Rey de la Asociación
Civil Rumbo Sur 
los tres libros sobre Benito Quinquela Martín: El hijo dilecto,
El carbonero pintor y Soñar La Boca

terraza de esculturas del museo 
la cocina de la casa de Quinquela Martín 





dúo musical en las terrazas del museo








una de las salas del Museo Quinquela
pintura de Benito Quinquela Martín 

























La Boca vista desde las terrazas del Museo Quinquela 

(Buenos Aires)

El sábado 21 de abril se presentaron en las terrazas del Museo de Bellas Artes de la Boca Benito
Quinquela Martín tres libros sobre el artista.: El hijo dilecto, El carbonero pintor, y Soñar La Boca
editados por la Asociación Civil Rumbo Sur.
La presentación de los libros estuvo a cargo del  director del museo Víctor Fernández y Pablo Rey, de esa asociación.
También hubo un número musical, tangos interpretados por el dúo Álvarez- Bruno.
La figura de Benito Quinquela Martín está indisolublemente ligada al barrio de La  Boca, de dónde a pesar del reconocimiento internacional y el éxito con sus obras, no quiso salir y continuó viviendo hasta su muerte.
Ahí, frente al Riachuelo se emplaza el Museo de Bellas Artes de la Boca, donde además, en el mismo edificio funciona una escuela y también se conserva la casa del artista.
"...Me parece que estoy metido en mis cuadros y amarrado a los muelles de La Boca, como los barcos que tantas veces descargué antes de trasladarlos a mis telas pintadas, a mis decoraciones murales, a mis cerámicas y grabados. Más amarrado aún que los barcos, que vienen y se van, a veces para no volver. Yo en cambio, volví siempre al  punto de partida. Y cada vez que partí llevé conmigo la imagen de mi barrio, que fuí mostrando y dejando en las ciudades del mundo. Fuí así como un viajero que viajara con su barrio a cuestas" dijo Quinquela Martín.
Un carbonero, un pintor, que se hizo uno con La Boca para siempre.
El carbonero pintor ofrece un pequeño racconto de su increíble vida artística, que explica desde sus inicios el inclaudicable compromiso con sus orígenes, con un barrio obrero que tenía el arte como parte de su ideario social.
En el libro 2 El hijo dilecto se recorre la vida de Quinquela: "...ideales políticos, causas religiosas y el arte entremezclado en la vida cotidiana fueron el caldo de cultivo de una historia única: la de un hijo dilecto.
La parábola del niño abandonado, la del que descubre su talento entre bolsas de carbón.
Un joven que no fue ajeno a las tensiones sociales de su época, que participa, se compromete. El arte lo descubre y lo reconoce, primero en su tierra, luego en el mundo. Pero él vuelve. Siempre vuelve a su barrio, al encuentro con los suyos. Y cuando llega la bonanza económica ayuda a sus padres y amigos, a propios y extraños. Para La Boca un derroche solidario, para él una vida austera. Tan increíble y reconocido fue su arte, como su capacidad de reunir y congregar. Un imán para las causas nobles de su barrio, en clave de encuentro, de fiesta.
Quinquela vivió con sofisticada simpleza. Su vida ilumina."
Soñar La Boca, el tercero de los libros, enfoca el trabajo social del pintor: "...Quinquela conocía
las necesidades del barrio donde nació y se crió, tenía claro por lo que trabajaba y para quién lo
hacía. Y todo lo hizo desde una piecita en la Escuela-Museo. Para los vecinos ya era frecuente ver
en el barrio a intendentes, ministros y presidentes. Quinquela Martín supo encauzar el juego
político en provecho de la Vuelta de Rocha.
Su legado vive en los vecinos de La Boca. Es memoria, es presente. Color, fiesta, rebeldía,
encuentro, esfuerzo y picardía. Quinquela nos invita a Soñar La Boca cada día".

El Museo de Bellas Artes de La Boca

"Planteado entonces como una institución comprometida con procesos educativos inscriptos
en un sentido de pertenencia, y enarbolando para ello las consignas artísticas de lo "tradicional
figurativo", el Museo de Bellas Artes de La Boca constituyó una de las apuestas más ambiciosas
de un artista que atravesó buena parte del siglo XX  promoviendo una concepción del arte como
factor decisivo en los cotidianos procesos de construcción de identidad".




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